Generalmente, cuando un país recauda impuestos, lo hace de 2 distintas formas: los impuestos directos y los indirectos. El día de hoy hablaremos de los primeros, con el fin de comprender cómo funcionan, y si es beneficioso o no su uso.
¿Qué son los impuestos directos?
Como lo dice su nombre, son directos, o sea, se cobran con una regla especifica por sobre el patrimonio o el ingreso monetario de una persona, empresa o institución.
Ejemplos de estos hay varios, como el impuesto sobre utilidades de las empresas, a la renta de personas, impuesto al patrimonio, etc. Estos generalmente tienden a ser progresivos, lo que significa que a mayor renta o patrimonio más se pagará.
Para ejemplificar la progresividad de este tipo de impuestos, usaremos el caso del impuesto a la renta de trabajadores de Chile, que tiene características similares al de otros países.
Lo que indica esta tabla es cuánto se le cobrará a un habitante de Chile, si su sueldo es superior a X cantidad.
Supongamos que una persona gana $2.000.000 mensuales, entonces la cantidad a pagar obedecerá al siguiente cálculo. Por los primeros 695.101 no se paga impuesto, luego por los $849.569 siguientes ($1.544.670 – $695.101), se paga un 4%, por último, los $455.330 restantes ($2.000.000- $1.544.670) se pagará un 8% de impuesto. Entonces en total se pagará $70.409 por cada mes.
(0%*695.101) + (4%*$849.569) + (8%*$455.330) = $70.409
Como se puede apreciar, si el sueldo de la persona va aumentando, cada vez se le cobrará más proporción de impuesto sobre lo que gana, a esto se le llama impuesto progresivo.
¿Son buenos o malos los impuestos directos?
Esta respuesta no es única, ya que esta sujeta a el juicio de valores morales de cada persona, pero lo que si podemos analizar es si son eficientes desde el punto de vista económico en cumplir sus objetivos.
En el lado positivo de este tipo de impuestos es que es fácil de cobrar, siempre y cuando la información del mercado sea completa, por ejemplo, si el estado sabe cuanto dinero gana cada persona y empresa, además de conocer cuál es su patrimonio, esto es posible en algunos países, sobre todo en los desarrollados, donde esta información es parte de la base de datos del estado, por otro lado, si existe informalidad del empleo o empresarial, la información de la institución recaudadora de impuestos será incompleta y llevará a tener una recaudación menor y desigual para personas con los mismos niveles de riqueza, tratándolas de forma desigual.
En cuanto a la recaudación en sí, no se tiene una respuesta del todo simple, ya que los impuestos generan múltiples incentivos y desincentivos a pagarlos, esto lo explica de manera simple la curva de Laffer, esta muestra la relación entre tasa impositiva (tasa a cobrar) y los ingresos fiscales a esa tasa (total recaudado), esta tiene una forma de U invertida, donde en el eje horizontal se muestra la tasa de impuestos y en la vertical los ingresos fiscales, la relación tiene dos partes, una ascendente donde si se suben los impuestos el estado recaudará mayor cantidad hasta t* (tasa maximizadora de ingresos), pasado este nivel la relación se invierte, o sea que si se siguen aumentando los impuestos se recaudará menos.
¿Por qué se recaudaría menos?
Por incentivos a no pagarlos, esto significa que simplemente, habrá incentivos para estar fuera de la ley, ya que los costos de pagarlos son muy altos sin recibir una satisfacción suficientemente buena por los servicios brindados por el estado. Otra razón es gastar dinero en encontrar formas legales de no pagar, por ejemplo, por medio de abogados tributaristas. Por último, también hay un factor ligado a la competitividad de las empresas, si estas tienen que cumplir con impuestos que son mayores a sus utilidades, entonces será eficiente para ellas cerrar la empresa y declararse en quiebra, o mudarse a otro país con impuestos más bajos que les permitan mayores utilidades a las actuales, por lo tanto, el total de empresas a las que se le puede cobrar impuestos disminuye.